Con amor para Dinh, por todas las experiencias compartidas y por compartir.
https://videco.bandcamp.com/album/preludios-suavecitos-pa-dinh
[English below]
Estos preludios improvisados nacieron de una observación de Dinh sobre el hecho de que muy poca de la música que le había mostrado era suave y silenciosa, con excepción de una pieza reciente que le había sorprendido y agradado. Con ello, me impulsó a hacer una serie de pequeñas piezas minimalistas que me hicieron interactuar con un lenguaje que rara vez articulo. En el imaginario sonoro de estas piezas habitan Gnossenias y otras Músicas Calladas en una Catedral Sumergida —varias veces ascendida bajo las manos de mi querida amiga—; hay también un cielo de Intermisiones Tintineantes y la mística terrenalidad de aquella Doïna que alguna vez se coló para formar el centro fugaz y brillante de una sonata.
La afinación justa de 22 tonos que armoniza este ciclo, una hermosa estructura conformada por tres espirales armónicas, fue una de las favoritas de Erv Wilson. Éste la nombró en honor de una importante científica mexicana, Evangelina Villegas, cultivadora de una variedad de maíz de alta calidad nutricional dirigida al consumo humano y especialmente dedicada a contribuir al bienestar de cualquier población que se encuentre en necesidad de acceder a una alimentación digna.
Entre algunos elementos favoritos de esta afinación tenemos que nos ofrece una escala diatónica como la que caracteriza la sonoridad del segundo preludio, muy parecida a la tradicional (de límite 5), pero cuyos 3er y 7mo grados están basados en el armónico 23, los cuales evocan en mí los adjetivos de brillante, cítrico y afilado. También nos ofrece variaciones de la escala pentatónica con sonoridades pertenecientes a los armónicos 7 y 11 en un caso, y 5 y 19 en otro; quienes articulan las alternancias armónicas del tercer preludio. Esta afinación también hace posibles transiciones de color sutiles, fluidas y coherentes, pero que contienen en sí amplios cambios de carácter, como en el primer preludio que transita entre un estilo modal de corte debussiano (al principio y al final) y una atonalidad feldmaniana cuando el preludio llega a su medianoche; o que posibilitan travesías laberínticas que juegan a perdernos en antiguos caminos familiares y subvierten las lógicas de la tonalidad, como en el insistente errar errabundo de la última pieza.
Esta obra forma parte la residencia en la Radio Nabu Congul 98.8 FM de Anaphoria.
These improvised preludes were born from an observation by Dinh about the fact that very little of the music I had shown her was soft and quiet, with the exception of a recent piece that had surprised and pleased her. This prompted me to create a series of small minimalist pieces that made me interact with a language I rarely articulate. In the sonic imaginary of these pieces dwell Gnossiennes and other Silent Musics in a Submerged Cathedral — often brought to life under the hands of my dear friend; there is also a sky of Tintinnabulating Intermissions and the mystical earthiness of that Doïna which once slipped in to form the fleeting, brilliant center of a sonata.
The just intonation of 22 tones that harmonizes this cycle, a beautiful structure composed of three harmonic spirals, was one of Erv Wilson's favorites. He named it in honor of an important Mexican scientist, Evangelina Villegas, who cultivated a variety of maize with high nutritional quality aimed at human consumption, especially dedicated to contributing to the well-being of any population in need of access to a dignified diet.
Among some favorite elements of this tuning, we have a diatonic scale similar to the traditional (limit 5) but whose 3rd and 7th degrees are based on the 23rd harmonic, which evoke in me the adjectives of bright, citric, and sharp. It also offers variations of the pentatonic scale with sonorities belonging to the 7th and 11th harmonics in one case, and 5th and 19th in another; these articulate the harmonic alternations of the third prelude. This tuning also makes possible subtle, fluid, and coherent color transitions, but which contain in themselves broad changes of character, as in the first prelude that transitions between a modal style of Debussian cut (at the beginning and end) and Feldmanian atonality when the prelude reaches its midnight; or that enable labyrinthine journeys that play at losing us in ancient familiar paths and subvert the logics of tonality, as in the insistent wandering errancy of the last piece.
This work is part of the residency at Radio Nabu Congul 98.8 FM of Anaphoria. credits
Agradecimientos a Kraig Grady por la invitación.
https://videco.bandcamp.com/album/preludios-suavecitos-pa-dinh